Si bien a todos nos encanta teletrabajar, para nadie es un secreto que la flexibilidad de una oficina en casa se puede ver afectada por los altibajos de ser padre o madre; pues aunque la idea general es poder estar más cerca de nuestros hijos y participar activamente en todos los aspectos de la crianza, esto puede ser algo agridulce.
Cuando las ventajas del trabajo remoto no se gestionan, estas rápidamente pueden convertirse en desventajas. Por esta razón, en lugar de fantasear con una solución, lo mejor es comprender cuáles son los límites que se deben establecer en la dinámica familiar y establecer las responsabilidades de cada miembro para que no interrumpan tu camino al éxito.
Según diferentes estudios, más del 60% de los que teletrabajan afirman que encontraron un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal. No obstante, el 40% restante, afirma que encontraron conflictos de trabajo y familia aún más fuertes.
Retos del teletrabajo para la conciliación familiar.
Participación en la dinámica familiar.
Trabajar desde casa tiene muchas ventajas. Principalmente, otorga la posibilidad a los trabajadores de estar más tiempo en familia, pudiendo así estar disponible para cumplir con sus obligaciones familiares; por ejemplo, los padres agradecen que una oficina en casa les permita poder preparar a los niños para ir a la escuela o poder estar en casa para cuando regresen. De hecho, es posible que se puedan agregar algunas tareas domésticas en la jornada laboral y que los fines de semana o las tardes, queden libres para participar en la dinámica familiar.
Todo esto, son contribuciones positivas al equilibrio trabajo/familia. Pero hay que saber gestionarlas; o de lo contrario, se crean conflictos gracias a que la presencia de los miembros de la familia, interfiere con el trabajo. Lo cual se demuestra en una encuesta realizada por empresas norteamericanas, donde los participantes con hijos todavía en casa, afirmaron que no estaban satisfechos con el teletrabajo.
Sobrecarga de responsabilidades.
Además, también surge un problema bastante importante y que disminuye la productividad laboral en todos los aspectos: la sobrecarga de roles. Esta circunstancia, pese a la flexibilidad temporal y espacial, contrarresta con jornadas laborales más largas y ganancias menos dramáticas.
Aislamiento.
Por último, un reto que tampoco se debe pasar por alto, pero que representa en la mayoría de los casos el peor aspecto negativo del teletrabajo, es la ausencia de colegas.
No tener con quien compartir el entorno laboral puede provocar una sensación de aislamiento. Sentimiento que va aumentando con el pasar del tiempo y que repercute en el entorno familiar porque se crean conflictos relacionados con el carácter del teletrabajador.
¿Cómo mejorar la compatibilidad del teletrabajo y la vida familiar?
1. Horarios.
Aunque es obvio que trabajar desde casa nos facilita poder adaptar el horario laboral a nuestra realidad, la formalización es la clave para aumentar la compatibilidad del teletrabajo con la dinámica familiar.
Lo mejor y más beneficioso es que la jornada laboral se haga en los mismos horarios que sería si tuvieras que acudir a una oficina fuera de casa. Así no solo se aumenta el nivel de rendimiento; sino que además, la rutina familiar no se altera por tu presencia en la casa.
Además, es también importante que el horario laboral no se extienda de un día entero a horas nocturnas; pues aunque es una enorme tentación mantenernos trabajando todo el tiempo, hay que administrar el tiempo para poder participar en actividades familiares o cumplir con nuestras obligaciones domésticas.
No hay que dejar de compartir con nuestra familia. Si tienes niños en casa, acércate a ellos para jugar o hacer las tareas después de terminar tu horario de trabajo. Planifica también actividades recreativas, como preparar la cena juntos o ver una película antes de dormir.
2. Reglas.
Si no existe regulación alguna, el teletrabajo no será una experiencia positiva consistentemente. Razón por la cual, todas las personas que trabajen desde casa, debe establecer reglas a los miembros de la familia para que no interrumpan su nivel de productividad.
Esto es especialmente importante para quienes tienen niños en casa, pues hay que aclararles que es lo que pueden o no pueden hacer mientras estamos trabajando.
También, se debe aclarar a todos que el hecho de estar en casa no significa que estás disponible todo el tiempo para las tareas del tipo doméstico, como pasear mascotas o limpiar el jardín. Si bien no hay que evadir otras responsabilidades por el trabajo, podemos fraccionarlas entre todos los miembros para que cada uno cumpla su rol sin afectar a otros.
3. Comunicación.
No hay que hacer suposiciones sobre quién llevará los niños a la escuela o quién les ayudará a realizar las tareas escolares. Si vives con tu pareja, la comunicación es un pilar fundamental para poder distribuir los roles paternos y maternos sin dificultades.
Hay que compartir nuestros pensamientos, ideas e inquietudes con anticipación, así nos evitamos el mal rato de generar tensiones negativas e innecesarias.
No dudes en hablar cuando algo en tu entorno familiar no está funcionando. Si por ejemplo, alguien está incumpliendo las reglas o no puedes cumplir con algún acuerdo o compromiso, comunícaselo a los otros miembros, para que puedan entenderlo.
Si decides callar y esperar hasta el último minuto para explotar de frustración, estarás generando peleas o disgustos que pudiste haber evitado. Además, piensa por un momento: ¿cómo se supone que los miembros de la familia cumplan expectativas o deseos que ni siquiera sabían que tenías?
4. Delimitación espacial.
Debes saber que si tienes tu lugar de trabajo en la sala de estar o en el comedor, cometiste tu gran primer error.
Hacer teletrabajo en cualquier lugar de la casa funciona cuando vivimos solos o cuando sabemos que no habrá otras personas que puedan interrumpirnos. Sin embargo, cuando en casa se encuentran la familia entera, cualquier espacio no sirve para establecer la oficina.
Por ejemplo, la sala de estar es el lugar de encuentro. Aquí es donde todos se reúnen para conversar, ver la tele, jugar o incluso recibir visitas. Si estás allí con tu material de trabajo es prácticamente imposible poder lograr un buen nivel de concentración. En este lugar además estamos expuestos a que nos involucren en conversaciones, debates o discusiones.
Lo ideal para teletrabajar es tener un espacio claramente delimitado donde otros miembros de la familia no deban estar mientras estamos trabajando.
Se puede usar una habitación cerrada, incluso nuestro propio dormitorio, con la puerta cerrada para que el bullicio del exterior o la llegada y salida de personas no nos afecten de ningún modo.
¿Cómo teletrabajar con niños pequeños en casa?
Decirle a un adolescente o a un niño casi adolescente que no debe molestar a papá o a mamá mientras trabaja, aunque no es fácil, sí es menos complicado que hacerles entender esto a niños pequeños que no están todavía en edad escolar. De hecho, es posible que nunca logren entender el concepto de “teletrabajo” por más que se los expliques.
Por esta razón, para evitar caer al borde de la desesperación, puedes aplicar los siguientes consejos.
1. Crear una “mini oficina” para los niños.
Por si no te has dado cuenta, a los niños les encanta imitar el comportamiento de sus padres, de allí que quieran ponerse tus zapatos o ropa, mientras juegan.
Esta situación se puede aprovechar poniéndoles una “mini oficina” a nuestro lado. Necesitarás una pequeña mesita y una silla, así como juguetes o cuadernos que los hagan sentir que están trabajando como nosotros.
2. Planificar tareas entretenidas.
Con niños de 2 a 3 años es fácil hacer que se entretengan con ciertas actividades. Puedes enseñarles manualidades o tareas de reciclaje, pueden hacer máscaras, decorar envases, pintar cuadros, hacer casitas para las muñecas o incluso fabricar su propio elenco de títeres.
Puedes también aprovechar para enseñarles algunas tareas domésticas. Por ejemplo, a que recojan y ordenen sus juguetes o a que doblen y junten sus calcetines. De este modo, también se están educando y podrán desarrollar un sentido de responsabilidad más amplio.
3. Nombrarlos tus asistentes.
Los niños se sienten solos cuando los padres tienen que salir a trabajar, por eso debemos procurar que está situación no sea igual, haciendo teletrabajo.
Asígnales ciertas tareas que puedan hacer y se sientan como si formaran parte de tu entorno. Por ejemplo, pueden responder el teléfono de la casa (no el de trabajo) como si fueran pequeños asistentes; también pueden tomar “notas” en un pequeño cuaderno.
4. Pedir ayuda a los otros miembros de la familia.
Siempre y cuando otros en casa puedan sustituirte en algunas de tus tareas, con respecto a tus hijos, pide su ayuda.
5. Madrugar para cocinar.
Cocinar y las labores relacionadas, quizás quitan mucho tiempo del día. Por esta razón, debes planificar los menús con anticipación y levantarte muy temprano para tener el desayuno, almuerzo y si es posible la cena lista, antes de que los niños despierten. De este modo, solo es cuestión de meterla en el microondas a la hora de la comida.
“Las personas que trabajan desde casa están más preparadas para trabajar y más satisfechas con su trabajo”… Esta es una frase que leemos en todos lados con respecto al teletrabajo. Sin embargo no siempre es acertada, pues de no equilibrar la vida laboral con la dinámica familiar, es posible que una oficina en casa no sea algo satisfactorio.
Si quieres saber más sobre la importancia de la conciliación familiar te recomiendo que consultes la página web de la Fundación Más Familia.
