Las cifras del teletrabajo jamás habían sido tan elevadas como en la actualidad. La situación de confinamiento en respuesta a la pandemia por el coronavirus obligó a la mayoría de las empresas del mundo a hacer el cambio. Quienes antes trabajaban en sus sitios de trabajo, ahora han convertido a sus hogares en sus oficinas.
En el territorio español, el ciber-empleo pasó a ser una de las fuentes principales de economía nacional. Ya no hay que invertir dinero en transporte para el traslado al trabajo o a las escuelas. Como es de esperarse, la pandemia ha modificado drásticamente la planificación financiera del gobierno. Actualmente, se está considerando la implementación de un impuesto para reestablecer la economía.
Propuesta alemana
La reconocida entidad bancaria alemana Deutsche Bank publicó un artículo en el mes de noviembre de 2020 en cuyo contenido destaca el planteamiento de impuestos que eviten el hundimiento económico. Se trata de reestablecer un equilibrio entre empleos y ganancias para evitar el descontrol internacional de las financias.
Esta proposición argumenta que, ya que los trabajadores se hallan alejados de la economía presencial, debe existir una alternativa de beneficio financiero. Esto es especialmente conveniente puesto que los teletrabajadores suelen tener una mayor ganancia que otros tipos de empleados. El Deutsche Bank asegura que una cifra del 5 % del sueldo mensual es necesario para regresar al orden económico.
El impuesto será utilizado para una de las mayores necesidades en el mundo actualmente: el pago de los trabajadores presenciales. Esta remuneración ha sido afectada por las pérdidas financieras que el mundo ha tenido ante la crisis humanitaria por COVID. El impuesto que propone el banco alemán garantizaría el pago de quienes han tenido que seguir presencialmente a pesar de la pandemia.
¿Cuánto dinero es el 5%?
El 5% de impuesto propuesto en esta declaración por el Deutsche Bank no representa un valor específico. Esto se debe a que los ingresos de los teletrabajadores varían según el país, sector y la especialidad del empleo. De esta manera, el banco alemán incluye en su texto tres alternativas que ilustran al 5% como dinero real.
Por ejemplo, en Alemania, un ciber-empleado con ganancias aproximadas de 40.000 euros al año se ve obligado a pagar un impuesto de 7,5 euros diarios. Por otro lado, los estudios en Inglaterra indican una ganancia de 35.000 euros anuales. Esto significaría un impuesto de 6,73 euros por cada día de teletrabajo en territorio inglés.
Al llevar a cabo estas mismas estimaciones en Estados Unidos, obtenemos valores significativamente distintos. Con 55.000 dólares americanos de ganancia anual, los teletrabajadores deben aportar hasta 10,58 dólares diarios. Es importante mencionar que estas no son cifras específicas. Se han calculado aproximando el sueldo de la mayoría de los ciber-empleados de estos países.
Obtención total
El dinero recaudado también cambia de acuerdo a la cantidad de trabajadores virtuales en cada nación y el sueldo que se obtiene. Siguiendo los mismos valores que arrojaron los datos del impuesto, Deutsche Bank presenta el cálculo total de lo que se puede obtener. Por ejemplo, Alemania ganaría hasta 16.000 millones de euros con la implementación de este impuesto.
Inglaterra obtendría unos 7.000 millones de euros, mientras que Estados Unidos observaría una ganancia de hasta 48.000 millones de dólares. Con estas ganancias, el gobierno estadounidense podría pagarles 1.500 dólares a casi 30 millones de personas que se encuentran sin trabajo por la pandemia.
Por otra parte, Alemania tendría la capacidad de ceder una bonificación de 1.500 euros a los habitantes sin oportunidades de teletrabajo. Se tratan de cifras importantes que pueden ser utilizadas por los entes gubernamentales para responder a la crisis pandémica. Es por esto que el Deutsche Bank insiste en la implementación de este impuesto.
Razonamiento del impuesto
Existen diferentes explicaciones que el banco alemán ha descrito para apoyar a su declaración. La necesidad de un impuesto surge principalmente por la desconexión con la economía. El confinamiento ha prohibido el uso del transporte, el consumo de alimentos en restaurantes y la adquisición de vestimenta para nuestro día a día. Estos son los pilares de la economía, y sin ellos, hay caos.
Trabajadores como taxistas y meseros que se han visto de manos atadas ante esta situación recibirían una buena recompensa mientras existan restricciones. No se trata de recompensar a todo el mundo por no hacer nada, sino a aquellos cuyos trabajos se han visto afectados. Claro, se solicitarían documentos que garanticen el empleo de este tipo de trabajadores sin más alternativas.
La aplicación de un impuesto para los teletrabajadores va de la mano de su ganancia. Estos empleados suelen obtener una muy buena remuneración, razón por la cual el gobierno solicitaría su ayuda en este impuesto. Este impuesto no resultaría ser un gran cambio en el estilo de vida de los ciber-empleados. No sería una gran cifra individual, pero si lograría un impacto general.
Objeciones ante el impuesto
Hay diversas problemáticas que aparecen ante la declaración del Deutsche Bank ante la implementación de un impuesto para los teletrabajadores. El ciber-empleo tiene excelentes beneficios socio-económicos para una nación. No hay necesidad de invertir en espacios presenciales ni en energía. Estos son factores convenientes tanto a nivel financiero como en el ámbito ecológico.
Es por ello que los entes gubernamentales han apoyado el teletrabajo. Sin embargo, la implementación de un impuesto para los ciber-empleados es un riesgo. Significaría una disminución de la tasa de teletrabajadores en respuesta a no querer pagar este impuesto. Podrían elegir simplemente trabajar en una oficina y recibir la remuneración del impuesto en vez de ser quienes lo aportan.
Por supuesto que esta propuesta del Deutsche Bank es tan solo un bosquejo. Debe ser interpretado como el inicio de una conversación importante que dirija al mundo al restablecimiento de la economía. Quizás existan muchas objeciones ante la idea, pero es un comienzo para pensar en soluciones viables ante la situación pandémica internacional.